No hay nada mejor que almorzar o cenar con un buen vino. Sin embargo, unir vinos y comidas tiene sus particularidades, y no siempre acertamos con la combinación. Vino tinto, blanco, rosado… ¿Cómo acertar? Hoy, desde La Comilona, nuestro restaurante donde comer en Sevilla, te proponemos algunos consejos para conseguir el mejor maridaje de vino y comida.
¿Piensas que da igual qué vino elegir para cada comida? Pues tienes que saber que existe un vino para cada plato. El maridaje perfecto realza el sabor de los platos y consigue la armonía perfecta. En La Comilona tenemos una bodega sensacional. ¿Sabes qué vino pedir con cada tapa? Para conseguir una buena elección y quedar como un experto, presta atención a estas recomendaciones para combinar los vinos con los platos más exquisitos.
1.Vino tinto. Tener una copa de un buen vino entre las manos es todo un lujo, y si es tinto, mucho mejor. En este caso, la uva tinta, aporta ese color rojo oscuro característico a través de su piel, transmitiendo un aroma personal y un sabor inconfundible.
El secreto de su sabor es el añejo en barriles de madera y el envejecimiento en el interior de la botella. Las carnes rojas son el territorio de los más vigorosos como la garnacha, la cabernet sauvignon o el monastell.
Por supuesto, los vinos maduros como los riojas y riberas de crianza de gran reserva harán las delicias de nuestro solomillo o entrecot de buey. Rico y cardiosaludable, ¡este vino lo tiene todo!
2.Vino blanco. ¡Una absoluta delicia para disfrutar en un restaurante como La Comilona o para tenerlo bien fresquito en la nevera de casa! En general, los vinos blancos se suelen hacer de uvas blancas. La fermentación y maduración de este vino tiene lugar en recipientes de acero para los vinos frescos y afrutados, o en recipientes de madera para aquellos que son más complejos y están destinados a un mayor envejecimiento.
Este vino es perfecto para acompañar prácticamente todo tipo de alimentos, o para tomar solo. Con mariscos, aves, ensaladas, carnes frías, pescados, quesos tiernos y grasos… Pero, ¿queremos la mezcla perfecta? ¡Vino blanco y arroz! ¡Nuestro risotto de setas y parmesano te está esperando en la mesa!
3. Vino rosado. Espectáculo gustativo y para la vista porque tiene un color precioso. Se trata de un vino tinto con poca maceración que suele destacar por su frescura, suavidad y ligereza. La mayoría proviene de las uvas tintas o de la mezcla de uvas blancas y tintas, y está a medias entre una vinificación típica en blanco y una típica en tinto. Su fermentación dependerá de la duración y de la temperatura durante el contacto entre el jugo de uva, que es casi incoloro, y las pieles de la uva durante el tiempo de maceración.
Esta bebida ligera, ideal para tomarla en los meses de verano, está cobrando más importancia por la sensación refrescante que produce y su delicado aroma y sabor. ¡Tómalo con aperitivos! ¿Has probado nuestras tostas? ¡La de pimientos con sardinas marinadas no te dejará indiferente! La ensalada de canónigos con queso de burrata y cebolla confitada o la parrillada de verduras también son complementos ideales
4. Vino clarete. ¡Ni tinto ni rosado! Se hace como un vino tinto, pero con mezcla de mosto blanco y vendimia tinta, y con periodos de maceración cortos. Se suele confundir con el vino rosado, pero sus características son muy diferentes.
Su nombre proviene de la imitación de “Claret”, el vino pálido tinto de origen Bordeaux. Brillante, de color rojo pálido, de poco cuerpo, suave y fresco, y con gran intensidad aromática frutal. Un consejo: si quieres disfrutar de todo su sabor, acompáñalo con ahumados o paellas. ¿Arroz abanda con alioli o un tartar de salmón con crema de aguacate?Mmm… ¿Te has decidido ya?
Y es que el vino tiene que estar acorde a la comida para que la mezcla se convierta en una explosión de sabores. Recuerda que un mal vino (o escogerlo de manera errónea) estropea una buena comida. En La Comilona, nuestro restaurante donde comer en Sevilla, te proponemos un plan: ¡Las mejores tapas y los mejores vinos! ¿Te apuntas